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Combatiendo la Tentación

(Read Combatiendo la Tentación, Part 1 First)

Dios Permite la Tentación
La tentación es tan vieja como la humanidad, y comenzó en el Huerto de Edén. Cuando Satanás tentó a Eva a hacer lo que Dios había prohibido, él apeló a su razonamiento. "¿Dijo realmente Dios...?," siseó el enemigo. Luego apeló a sus deseos: "¡Ustedes pueden ser como dioses!" Finalmente, reptó a un lado y dejó que sus pasiones se apoderaran de ella. Ella miró la fruta del árbol prohibido - y la deseó (Génesis 3). La tentación todavía trabaja así. No hay nada nuevo en el saco de trucos de Satanás. El rey David fue tentado cuando vio a la bella esposa de su vecino, Betsabé, y sucumbió a esa tentación (2a de Samuel 11:2-5). A través del libro de los Salmos, encontramos a David describiendo su angustia después de haber caído en la tentación. Su alma estaba afligida y sentía como si hubiera sido partida en dos. En una conversación con Pedro, Jesús le dijo que Satanás quería controlarlo (Lucas 22:31-32). Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por Satanás (Mateo 4).

Dios quiere que triunfemos y prevalezcamos sobre la tentación, pero Satanás, el enemigo jurado de Dios, anhela devorarnos. De hecho, 1a de Pedro 5:8 dice: "Sed sobrios y velad. Porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. Al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo." Cuando Adán y Eva cedieron a la tentación en el Jardín, en vez de obedecer a Dios como Él deseaba, ellos le dieron el control de este mundo físico a Satanás. Su meta en nuestras vidas es doble: Primero: Quiere llevarnos al infierno con él. Si pierde esa batalla, porque nos convertimos en cristianos, su meta entonces es hacernos ineficaces para Dios en este mundo. Él usa la tentación para llevar a cabo sus propósitos. La misma esencia y significado del pecado es fallar la meta, y esto se logra por medio del ceder a la tentación.


Combatiendo la Tentación - ¡El Secreto del Éxito es Espiritual!
El combatir la tentación se enfoca en los caprichos y deseos de la carne, contra el hacer lo que es correcto. Nadie está por encima de la tentación o del potencial para pecar (1a de Juan 1:8). Cuando combatimos la tentación, las soluciones de la sociedad giran alrededor de la resistencia personal y del poder de la voluntad. Sin embargo, por muy valioso que esto pueda parecer, las oportunidades de éxito son mínimas, debido a que el enfoque está en la habilidad natural. Las Escrituras nos dicen claramente que la batalla no es natural, sino espiritual. Efesios 6:12-13 dice: "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes." Como un ejemplo para nosotros, Jesús usó el arma de la Palabra de Dios para resistir las tentaciones (Mateo 4). Ya que Él fue el único humano que ha sido tentado sin haber pecado jamás, ¡Su ejemplo es digno de seguir! Dios sabe cómo proveer un camino para que al mismo tiempo resistamos y triunfemos sobre la tentación. El Salmo 34:17 dice: "Claman los justos y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias." Cuando elegimos confiar en nuestras propias fuerzas para vencer la tentación, independientemente de Dios, Dios ve esto como orgullo (Santiago 4:6). Él tiene un plan para librarnos, una vía de escape que se encuentra principalmente a través de una relación con Él, y en el experimentar la amorosa corrección de Su mano (Hebreos 12).

Cuando venimos a Dios en busca de salvación, Él nos da una naturaleza nueva. La vieja - llena de engaños y de deseos de complacernos sólo a nosotros mismos - se va. 2a de Corintios 5:17 nos recuerda: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron ¡he aquí todas son hechas nuevas!" Lo que comienza a tener lugar en este punto es una transformación literal. A medida que comenzamos a leer la Biblia y a conocer quién es Dios, nuestra manera de pensar cambia gradualmente. Esta es una renovación que cambia la fibra moral y el carácter de una persona. Se aprenden y se integran nuevas características y disciplinas, reemplazando las viejas. A través de una relación con Dios, nuestra mente llega a parecerse a la de Cristo, y crecemos en el conocimiento y sabiduría del Señor.

La tentación siempre involucra una elección - ¿Obedecemos a Dios o cedemos a nuestros propios deseos? Aún así, la escalada para salir del foso de la tentación es raramente simple, como cualquiera que haya estado allí lo sabe. La buena noticia es que con la ayuda de Dios, podemos romper el ciclo. Tal vez habrá angustia y dolor en su corazón y en su mente cuando rechace las tentaciones de la carne, pero triunfar sobre la tentación es un tesoro para el alma.


Combatiendo la Tentación - ¿Cómo se presenta la Batalla?
Combatir la tentación se puede sentir como una lucha para respirar. Está en todas partes que va, como un boxeador que quiere golpear a su oponente. La victoria involucra la Palabra de Dios, oración, confesión, y evitar situaciones donde la tentación pueda ocurrir. Dios sabe quiénes somos. Después de todo, en la persona de Jesús, Él ha sido tentado de la misma manera que nosotros. Él sabe lo que necesitamos hacer para vencer al pecado. Cualquiera que sea su área de mayor tentación, pídale a Dios que le ayude a reconocer y mantenerse fuera de situaciones comprometedoras. Use la Palabra de Dios para cambiar patrones perjudiciales de pensamiento. Tenemos estas buenas noticias de Pablo: "Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne. Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios. Y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Dios.”

!Entienda la Guerra Espiritual!



¿Tú qué piensas?
Todos hemos pecado y merecemos el juicio de Dios. Dios, el Padre, envió a Su único Hijo para cumplir ese juicio por aquellos que creen en él. Jesús, el creador y eterno Hijo de Dios, quien vivió una vida sin pecado, nos ama tanto que murió por nuestros pecados, tomando el castigo que merecíamos, fue sepultado, y levantó de la muerte como lo dice la Biblia. Si de verdad crees y confías de corazón en esto, recibe a Jesús como tu Salvador, declarando: "Jesús es Señor," serás salvado del juicio y podrás pasar la eternidad con Dios en el cielo.

¿Cuál es su respuesta?

Sí, hoy he decidido seguir a Jesús

Ya soy seguidor de Jesus

Todavia tengo preguntas





¿Cómo puedo conocer a Dios?


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